Uno de los ambientes que mucha gente ignora por no estar dentro de su hogar es el de su lugar de trabajo. Unas veces porque lo sentimos un
espacio ajeno a nosotros mismos, otras veces porque al no ser un puesto fijo no sabemos lo que vamos a estar allí.
Es cierto que muchos lugares de trabajo son
anodinos y sin ningún encanto, que muchas veces se comparte el sitio con el turno que viene detrás... Y sin embargo, es el lugar donde casi todos pasamos más tiempo al día y por eso deberíamos prestarle una gran atención.
En cualquier manual o charla de prevención de riesgos se hará hincapié en la importancia de tener un entorno de trabajo seguro físicamente y de la necesidad de descanso visual, pero casi ninguno hace referencia a la importancia de trabajar en un entorno en el que haya pequeños detalles que nos
hagan sentirnos integrados.
La integración en el ambiente
Son las
terapias grupales de empresa para trabajar la gestión del estrés las que habitualmente se centran en este tipo de consideraciones. Está comprobado que trabajar en un entorno personalizado por nosotros mismos crea una agradable sensación de permanencia que contrarresta parte del estrés laboral.
Un pequeño detalle como una planta, una taza propia para tomarse el café o llenarla de agua,
una pequeña decoración en una esquina de la mesa o una foto en la pared pueden ser de gran ayuda a la hora de distraernos de los problemas laborales.
¿Caminando hacia el futuro?
Cada vez hay más empresas, sobre todo en el mundo de la creatividad, que le dedican un gran esfuerzo a que los empleados
trabajen en un entorno agradable que les proporcione el mejor estado mental y físico para rendir lo mejor y más posible.
Uno de los máximos exponentes en esta nueva comprensión de la relación laboral entre empleado y contratante son los macro-complejos de
la empresa Google. Si habéis visto alguno de los reportajes sobre ella sabréis de qué os hablo.
La utopía de Google
Google pone a disposición de sus empleados salas para relajarse echándose una siesta, leyendo, dándose un masaje y hasta una
preciosa sala-acuario con luces tenues para dejar vagar la mente...
Cierto, no todos podemos trabajar allí ni todas las empresas tienen esa capacidad, pero podemos empezar por disponer de una
agradable zona de reunión o una sala para tomar café o desayunar con sillones en vez de simples sillas metálicas o de plástico.