Si por algo se recuerdan los
años 60 es por emigración de cabezas de familias, o ellas en su totalidad, hacia la ciudad. Abandonando la casa
del pueblo y la vida como pastor o agricultor por peones de fábricas u obras.
Mi familia es de un pequeño pueblo fronterizo entre Ciudad Real y Jaén. Donde casi todos los habitantes que se fueron a ciudades como Barcelona, Madrid o Bilbao conservan la antigua casa de sus abuelos.
Con la entrada en la Primavera nos hemos animados a, como se suele decir
“darle una vuelta a la casa”. Volver a corregir problemas de grietas con pintura y, de paso, renovar las estancias. Con la diferencia que esta vez vamos a ir más allá de una estética campestre.
Señoras y caballeros, le presentamos el
nuevo estilo rural chip.
Cuando lo rural es elegancia
El secreto de este estilo es, básicamente, unir los
elementos arquitectónicos típicos con otros que sean contemporáneos, pero con un
aire más sofisticado. Puede que así escrito os resulte difícil de imaginar, pero os aseguro que es mucho más fácil de lo que parece.
Algunos muebles que te pueden servir de grandes aliados son
mesitas pequeñas de hierro, espejos con marcos dorados o
cornucopias y sillas o
butacones tapizados (siempre como elemento de decoración, por lo cual solo usaremos una pieza)
En cuanto a elementos decorativos recurriremos a las
plantas, telas y alguno que nos recuerde que seguimos en un ambiente típico del campo, como puede ser
elementos de mimbres y los propios de la estructura que la casa nos da, como son
vigas.
Consejos prácticos
Simplemente con una mano de pintura podemos dar esta sensación a nuestro hogar.
Techos abovedados: podemos pintar los travesaños que unen las bóvedas del techo de blanco. Esto nos dará sensación de más altura a la estancia.
Perfilerías de ventanas y puertas de madera: Normalmente nos las encontramos pintadas de color marrón. Este acabado puede mejorar si pintamos los elementos de un color gris azulado, amarillo palo o simplemente envejeciendo la madera con un lavado en pintura blanca (esto se puede hacer rebajando la pintura blanca con más agua o pintando de blanco y decapando en partes luego)
Pintura blanca, nuestra gran aliada: Un ambiente chip se consigue también dando una sensación limpia a las salas. Así que para evitar fallar, te proponemos que si dudas siempre pintes las paredes en blanco.
Toques de color: Te sorprenderías las diferentes vidas que pueden tomar nuestros muebles con un simple lacado de pintura. Un lacado blanco nos dará unos muebles que, aunque sean bastón, pueden quedar muy elegantes y aligeran la carga visual.
También puedes probar a lacar muebles pequeños de otros colores como azulados, amarillentos o rosados. Aunque si lo que quieres es dar toques de color, a mi parecer siempre es mejor
probar con las telas (cortinas, mantas de viaje, cojines...)
Un punto de distinción sin perder la esencia y carácter del pueblo.