Seguro que en algún momento te habrás encontrado en la tesitura de tener que decidir
qué encimera instalar en tu cocina. ¿Cuál será la más apropiada? ¡Qué dilema!
A lo largo del tiempo, la encimera soporta agua, menaje de cocina a diferentes temperaturas, alimentos o bebidas derramadas, productos agresivos de limpieza… En definitiva, que es donde se trabaja y
la zona más sufrida de la cocina.
Por eso, para elegirla adecuadamente, y no tener que arrepentirte a posteriori, tendrá que cumplir dos premisas indispensables: fácil de limpiar y que supere la prueba del desgate diario. A partir de ahí,
analizando pros y contras, puedes elegir entre los innumerables modelos de diferentes materiales, colores, texturas, etc. Y… sí, también tiene que ser estética y estar en consonancia con los muebles de la cocina.
Puedes elegir entre acero inoxidable, piedras naturales o madera…
Si tienes un presupuesto alto y te gusta el
diseño actual, una encimera de acero inoxidable te puede interesar. Impermeable al agua, aguanta perfectamente el calor y los ácidos, pero se raya con facilidad y con el tiempo es posible que observes que va perdiendo el brillo.
Si eres más de
estilo tradicional, pues puedes elegir entre las distintas piedras naturales o la madera. Ésta última destaca por su belleza, calidez y versatilidad. A cambio, es porosa y delicada, no soporta los ácidos, se raya y cualquier golpe se nota, y necesita un mantenimiento especial.
En cuanto a las de piedra natural, lo más utilizado es el
granito: dura toda una vida y es muy elegante y sólido, resiste muy bien los golpes, los productos abrasivos y los impactos térmicos. Si tienes una cocina pequeña es ideal porque su brillo natural, que no se pierde, es reflectante, por lo que genera sensación de amplitud. En contra: pueden ser caras.
… o también entre materiales sintéticos o estratificados
Las encimeras de material sintético tienen bastantes adeptos hoy en día. Estos materiales son una mezcla de componentes naturales y artificiales, que al no tener poros ni juntas son impermeables al agua y a las manchas y fáciles de limpiar. Además, son higiénicos, resisten bien el calor y los ácidos y hay
multitud de colores donde elegir, pero… son caros.
El material sintético más utilizado es el de Silestone: imita perfectamente piedras naturales como el mármol y es muy
resistente a rayas, golpes y manchas. En cambio, las altas temperaturas pueden afectar a su color.
En cuanto a los estratificados, como la formica, son
los más económicos. Imitan cualquier acabado, resisten bien el calor y son higiénicos e impermeables, aunque hay que tener cuidado con el sellado de las juntas. En contra, los cantos pueden despegarse y los objetos punzantes pueden cortar las láminas.