Una oficina es un espacio en el que pasamos al menos 8 horas diarias. Eso es lo que debería ocurrir, pero en muchas ocasiones, cuando el negocio es propio, podemos pasar en ese entorno mil horas. Por esa razón, tenemos que tener un centro de trabajo que nos agobie, en el que nos sintamos muy agusto, en el que se respire armonia.
En general, las oficinas no suelen ser sitos muy agradables, están pensadas para ser prácticas, aunque a veces no lo sean, y destinadas a que todo el mundo esté sentado delante de un ordenador sin mediar palabra. Desde mi punto de vista, los espacios abiertos, en los que los jefes no estén separados de los empleados, en los que la gente se pueda mover sin chocarse continuamente con la mesa del compañero, es realmente un mejor espacio.
Cada organización tiene una manera de trabajar, de ordenar esa labor diaria, y sea cual sea ese modo de distribuir los espacios, siempre debe ser la mejor y la más adecuada a las personas que conviven en esa habitación. No hay fórmulas mágicas, no existen reglas que haya que cumplir a rajatabla, pero si existen algunas directrices que pueden ayudarnos a lograr un mejor rendimiento.
[caption id="attachment_48900" align="aligncenter" width="550"] Mobiliario de oficina[/caption]