Tener una segunda residencia alejada de la gran ciudad es todo un lujo. Una casita de piedra en un pueblo de montaña es algo encantador, pero también lo es una casita en una finca campestre. Por eso vamos a ver una serie de ambientes de tipo rústico para nuestro lugar de retiro.
Cambiar de aires durante alguna temporada es algo muy necesario para nuestra salud mental, dejar los ruidos, molestias y prisas de la gran ciudad, aunque sea solo por unos días, es algo muy beneficioso para nuestro bienestar. El irse a un sitio rural es de gran ayuda y si la decoración de nuestra casita de campo está en esa línea será todavía mejor.
¿Por qué? Pues porque cuanto más alejado sea el estilo decorativo y el ambiente de lo que tenemos en nuestro día a día cotidiano, más se podrá descansar y desconectar en este sitio y se convertirá de verdad en un lugar de retiro, de descanso y en un emplazamiento para unas vacaciones de ensueño.