Cortinas, alfombras, cojines, son elementos en principio secundarios en el mundo de la decoración, que sin embargo pueden ayudarnos a crear
un ambiente a nuestro gusto y a definir el estilo de nuestra casa. Hoy vamos a centrarnos en las cortinas, recordando cuáles son las más apropiadas para cada entorno, dentro de las tendencias actuales.
Antiguamente las cortinas eran simplemente un elemento para ocultarnos de las indiscreciones de los vecinos y quitar un poco de frío. Hoy en día hay una gran variedad que nos ayuda a vestir nuestro hogar a nuestro gusto.
A la hora de elegir hay que tener en cuenta la función del espacio y su color, el estilo de los muebles y la luz natural disponible.
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Aquí vemos como las opciones más sencillas suelen ser las más adecuadas[/caption]
Ha de tenerse en cuenta si lo que queremos ambientar es un salón, una cocina, un baño o una habitación u otra parte de nuestra casa. Siempre debemos
buscar el equilibrio: tonos claros en habitaciones oscuras y viceversa. El tamaño de la ventana también condiciona: no convienen los cortinajes pesados, los vuelos excesivos ni las caídas en las ventanas pequeñas, o si la habitación no es demasiados grande.
Hoy en día se valoran la simplicidad y la practicidad
Hoy preferimos
tonos claros y telas ligeras que permitan el paso de la luz. Los tejidos más frecuentes son el algodón, los sintéticos y, entre los rústicos, la arpillera es el tejido de moda. Vuelven a verse cortinas de flecos colocadas entre habitaciones que ayudan a separar ambientes en los más diversos materiales, del hilo al bambú, pasando por los plásticos.
El estor japonés es una opción válida para cualquier tipo de habitación y muy de moda. En lugares de decoración moderna, lo más indicado son cortinas sin vuelo ni arrugas, telas lisas o con diseños geométricos. Para los ambientes rústicos las venecianas de madera siempre son un acierto. En las cocinas se llevan las venecianas y los estores, y si somos más clásicos, las cortinas de ganchillo o rústicas (con grandes estampados sobre fondo claro, o cuadros en tonos tierra y crudos).
En cuanto a los
accesorios relacionados con las cortinas, se tiende cada vez más a la simplificación. Las galerías (que cubren lo que no queremos ver, como la caja de la persiana) están anticuadas y los bandós (el elemento que adorna la parte superior de la cortina) resultan demasiado barrocos. Alzapaños o abrazaderas quedan reservados a los más clásicos.