Creo sin duda que lo mejor del verano es esas largas tardes atardeciendo. En las que se empieza con las últimas horas de sol hasta que todo se tiñe anaranjado. Y, sin saber cómo, la noche cubre todo. Definitivamente es lo mejor, ese momento en que compartir con familiares y amigos unos refrescos y algo de tapeo en lo que se considera “tomar el fresco”.
Terrazas, patios y hasta merenderos sirven de escenario para recoger grandes momentos con los que siempre vuelven al hogar o para los que se aventuran a un lugar nuevo, compartiendo estos momentos con personas a las que, quizás nunca veremos.
Una combinación mágica que aunque parece que no se pueda mejorar, aún podemos dotar, de forma sencilla, con mayor encanto. Y lo que es aún más importante, sin gastar mucho. Con fáciles ejemplos para mejorar una velada única con la gente que tú elijas.
Reunión rupestre
A veces no hace falta ningún tipo de excusa para unirse, solo celebrar que estamos juntos y que sea por muchos años. Por eso tampoco necesitamos grandes ornamentaciones, con muy poco puedes hacer mucho, como es el caso.
Con solo un merendero de madera para disfrutar de la naturaleza, una vajilla antigua floral, unos vasos de cristal y un grupo de botellas con abridores antiguos con agua y vino tendrás lo necesario. No olvides adornar la mesa con ramos de flores campestre, que puedes encontrar en los alrededores, incluso confeccionar con los más pequeños.
Chill out en la llanura manchega
No se me ocurre un porque por el que el campo en verano sea feo, aunque este seco. Pero si se me ocurre la mejor forma de estar en contacto con él y es estar rodeada de los tuyos, olvidando sillas, en contacto con la tierra.
En este caso solo necesitaras una mesita de café, que puede ser cualquiera y cabra en cualquier coche. Unas alfombras pequeñas y unos cojines para estar cómodos. No olvides algunos farolillos, los que poder atar en las ramas de un árbol con cintas. Pero sobre todo, no olvides tener precaución y no descuidar ni abandonar una vela sin supervisión.
Solos tú y yo
Estar bien estar con gente, pero también poder escondernos con la persona querida de todos. Para esa persona tan especial te proponemos las dos ideas más originales de todas, con la que seguro sorprenderás y lograras que el encuentro sea mejor, si aún es que se puede mejorar.
En el primer caso vemos como con solo unos pales se ha construido una mesa, a la que sentarte a cenar con unos cojines. En este caso el motivo central está formado por unas botellas de vino lacadas del mismo color, coronadas con flores secas.
Para el segundo, y como no puede ser de otra forma después del comer en verano, te traemos una siesta que ira sobre ruedas. La parte trasera de una vieja furgoneta nos servirá de cama improvisada, solo necesitas algunos almohadones y cojines y una mosquitera, la que os protegerá de los mosquitos y os dará algo de privacidad, con un toque muy romántico.