Ya sé que tal y como está el patio es difícil poder redecorar nuestro hogar. Ese sentimiento que da cuando compras algo nuevo y pruebas en un lado, en otro y que hace que reorganices rincones y muevas sofás de un lado a otro de tu casa. Pero muchas veces la
solución más sencilla es la que también nos cuesta más ver.
Seguro que en casa de tus padres o en algún trastero guardas muebles que lo único que hacen es acumular polvo. O que tienes en casa un mueble que te aburre o simplemente que quieres cambiar de aspecto.
Y es que
recuperar muebles viejos es de lo más creativo y además único, puesto que al customizarlos nosotros mismos
nunca habrá otro igual. Puede que te dé cierta pereza o miedo hacerlo. Pero no es nada complicado. Algunas veces sólo con una mano de pintura un mueble cambia totalmente. Si no lo ves claro, aquí te dejamos unos pasos y ejemplos para que te sirvan como punto de partida.
Antes de pintar la madera
El primer paso para volver a pintar un mueble de madera es
retirar la pintura vieja. Hay dos formas de hacerlo, mediante
decapante (debido a su
toxicidad hay que utilizar guantes y mascarilla, suele dar mejor resultado y ser más rápido en muebles de metal)
o por una lijadora.
En ambos casos se tendría que rematar con una lijando, ya que así la madera cogerá mejor la pintura. Así que nos quedaremos directamente con esta forma.
Una vez lijada, utilizaremos
una selladora, que es una pintura blanquecina que cierra los poros para que la pintura no sea absorbida por la madera. Normalmente suele tardar unas 8 horas mínimo en secar.
Ahora sólo buscaremos un
color o un diseño que nos guste para darle una nueva vida a nuestro mueble.
El lacado siempre funciona
La forma más fácil de recuperar muebles antiguos es aprovechar su estética ornamental y voluptuosa dándole un
acabado uniforme de un color. La mayoría de las veces se suele elegir el blanco. Pero podemos ver como en colores vivos también funciona.
Apariencia industrial
Esta estética lo que hace es dar la sensación de un mueble desgastado, que da sensación un tanto bohemia como de mueble con gran historia en sus espaldas. La forma de conseguirlo es pintándolo de blanco como base, seguido de un color, normalmente quedan mejor tonos azules, verdes y amarillos pasteles, los cuales luego con una lija
desgastaremos pudiendo también desconchar parte de su acabado.
Detalles con papel pintado
Siguiendo el límite de los marcos de las carpinterías de madera de distintos muebles o incluso puertas, podemos
introducir trozos de papel pintado de flores o motivos geométricos, que den personalidad y la calidez que suelen dar las telas. Sólo necesitaremos cola y pegar los retales sobre el mueble con cuidado.
Una manera fácil de volver a disfrutar de nuestros muebles.