Este fin de semana acabo de restaurar una silla para mi dormitorio, pero no os voy a contar cómo lo he hecho sino que voy a hablaros de la silla en cuestión. Mi silla tiene un apellido famoso, se llama Thonet y creo que es una de las mejores sillas de la historia.
Todo empezó en 1859, esta silla (llamada también “silla de café”) salía a la luz de la fábrica que Michael Thonet había fundado diez años atrás. Era su silla número 14 y revolucionó la manera de hacer muebles hasta ese momento.
Hasta 1930 esta silla tuvo una producción de más de 30 millones de unidades y gracias a ella, su creador fue galardonado con una medalla de oro en la feria de muebles de París de 1867. Quizá por el nombre no os suene mucho, pero es una silla famosísima y verla seguro que la habéis visto tanto en cafés como en películas ya que es la silla más utilizada por las cabareteras.