Los cojines son un elemento esencial en toda casa ya que no sólo cumplen su función básica que es el servir para sentarse, arrodillarse o apoyar cómodamente alguna parte de cuerpo, sino que complementan la
decoración ya que pueden utilizarse para unificar el esquema cromático de una estancia, para romperlo totalmente aportando una nota de color y textura, para equilibrar un ambiente o para servir como nexo de unión entre tejidos de distintos colores, diseños o estampados.
Todo ésto se consigue
jugando con los colores, los tejidos y las texturas.
¿Que predominan las telas lisas y monocromáticas? Un cojín colorido aportará alegría. ¿Que hay distintas texturas en la estancia? Un cojín de tela lisa con un color suave matizará el efecto o servirá como unión si utilizamos varios combinando unos con una tela y otros con otra.
Estas posibilidades obviamente se multiplican si en vez de un solo cojín usamos
varios, no sólo de distintos colores y tejidos, sino jugando con los adornos y sus formas. Por no hablar de los cojines que son un elemento decorativo en sí mismos, como los que llevan estampada una foto, un cuadro o un dibujo bonito.
Tipos de adornos
Hay infinidad de adornos si atendemos a los colores, materiales, formas y si cumplen además una función:
Flecos, cuerdas, nudos, cuentas, trenzas: flecos de fibras como la lana o el algodón más finos o más gruesos que pueden ir trenzados, acabados en borlas o en adornitos como cuentas o cristales.
Los ribetes, que no sólo disimulan las costuras del cojín, sino que pueden llevar una tira decorativa del mismo material y color o de otro, un cordón, un volantito, etc.
Cierres: el más habitual es la cremallera, pero hay multitud de ellos: botones, velcros, lazos, cordones... que pueden mantener la unidad cromática del cojín o ser ese elemento decorativo que aporta una nota de color.
Tipos de cojines
Cojines de sillas, tumbonas, mecedoras: Son cojines de la forma y tamaño exactos del mueble de madera, metal, plástico u otro material duro (no tapizados como los sillones) y son o bien hechos a medida o bien comprados junto con el mueble o posteriormente si encontramos la medida exacta. Suelen ir con unas tiras por debajo para atarlos al mueble fijándolos para que no se muevan.
Atendiendo a la forma y tamaño: El más común es el
cuadrado, ya que es muy útil pues cabe en casi cualquier silla, sillón, sofá y es comodísimo como almohada improvisada. Y si queremos decorar con él, quedan muy elegantes en hilera o combinados con cojines de distintas formas. Los
rectangulares son también habituales y muy prácticos.
Los
redondos son ideales para mezclar con otros de formas rectas jugando también con las texturas, los tamaños y los colores; algunos son verdaderas monerías con borlas, lacitos y botones. Los
cilíndricos son también ideales para decorar combinando con los otros y admiten muchas formas graciosas si se les añaden complementos.
Los
planos son los más funcionales ya que sólo sirven como asiento en bancos, sillones tapizados, o arcones, aunque obviamente puedes jugar con los colores y tejidos como con el resto de los modelos.
De
formas variadas: barcos, aviones, muñecos, estrellas, lapiceros, nubes, corazones... todo lo que tu imaginación te sugiera. Son ideales para la habitación de los niños o para otra estancia si quieres añadir un toque de alegría y vitalidad al ambiente más sobrio.
Decorar con cojines
Generalmente deben colocarse en
número impar, de modo funcional (es decir, que si están en un sillón no molesten al sentarse en él) y guardando la estética con los tejidos del resto de las telas del hogar y los colores incluyendo la pared (tanto si está pintada como si está empapelada).
La
cama se suele decorar con dos cojines añadidos a las almohadas, parados siguiendo el estilo europeo o tumbados al estilo clásico. Puedes jugar con ellos siempre que recuerdes combinarlos bien con la ropa de cama y la de la habitación.
En un
banco lo ideal sería usar uno o dos almohadones para que puedan admirarse sus formas y texturas o sustituirlos por cojines, en cuyo caso puedes usar varios como alegre complemento.
En las
sillas debes poner uno solo, ya que dos pueden hacer que a la larga te sientas incómodo.
En los
sillones y sofás la clave es elegir siempre un número impar; por ejemplo: si el sofá es de tres plazas coloca cinco cojines, salvo que sean muy pequeños en cuyo caso coloca siete. Queda muy bonito si pones tres de un tamaño y forma, y dos más pequeños de una forma distinta siempre que sigas la regla básica: tienen que tener una característica común para que combinen entre sí salvo que te guste la decoración kitsch.
Éstos son
nuestros consejos pero, por supuesto, sigue tu instinto y gusto personal: no te equivocarás.