Un color, una habitación (II)

Enviado por Interdigital el Sáb, 12/08/2017 - 02:10
Ya decíamos en el artículo anterior, que según de qué color pintemos la habitación, nos causará una sensación u otra. El color elegido nos hará sentir aquello que significa ese color. Los color4es nos transmiten sensaciones, vibraciones, energías distintas... por eso es tan importante elegir bien el tono con el que conviviremos durante nuestro sueño. Si antes habíamos hablado de colores como el rosa, el rojo, el verde o el morado, ahora hablaremos sobre dos tonos más apagados y más neutros: el blanco y el crema. Cuando elegimos el color blanco para pintar una habitación queremos conseguir que en esa estancia se sienta pureza, limpieza o pulcritud. Su mayor ventaja es que es un color muy combinable, podemos casarlo con prácticamente cualquier color. Además, al ser un color brillante, da la sensación de luminosidad pero puede causar algún que otro dolor de cabeza. El crema es un color más suave, menos brillante que el blanco. De hecho, en las habitaciones color crema se respira suavidad, tranquilidad, calma... es un tono que además trasmite elegancia y riqueza. Al ser un tono más apagado que el blanco cuando la luz natural refleja en la estancia parece artificial y aporta también una gran luminosidad.  [caption id="attachment_44192" align="aligncenter" width="550"]habitación gris habitación gris[/caption]

En gama de grises

El gris es un color, que al igual que el blanco, acepta prácticamente cualquier color para crear una combinación. Cuando alguien tiñe las paredes en estos tonos significa que esa persona tiene mucho autocontrol, es independiente, creador también de un escudo del exterior. Al fin y al cabo, las palabras asociadas a este color son, separación, autoorganización, aislamiento del mundo exterior...

En tonos negros

Cualquiera que tenga algo de sentido común, no pintaría una habitación de negro si no existe una gran fuente de luz exterior. Pero si os sigue gustando, adelante, es vuestro lugar y vuestro espacio. el negro se suele asociar a conflicto, misterioso, oculto... pero también tiene un punto de elegancia y sofisticación. Cuando vamos a una fiesta en el que reina el glamour, el negro en la vestimenta nunca falla, siempre funciona. Si no queremos que toda la estancia sea de este color, otra de las grandes ventajas del negro es que lo podemos combinar con el color que queramos, porque todos los tonos le van a ir perfectamente. Lo recomendable es que no se combinen con tonos oscuros sino que se elija un tono claro como un amarillo o un naranja, para que resalte el negro sobre esos colores.