Parece que va a dejar de llover, por fin, y va a salir el sol. Eso quiere decir que podemos sacarle otra vez el mejor partido posible a
nuestros espacios exteriores: balcones, terrazas, patios, jardines… Es un tema demasiado amplio como para abarcarlo en un solo post, y además nuestras opciones dependerán del espacio disponible y su naturaleza (por ejemplo, no podemos poner columpios en un balcón).
En cuanto a estructuras, las pérgolas son uno de los aciertos de esta temporada. Las balinesas (con un tejado piramidal) y las clásicas serán las más demandadas. Los toldos y sombrillas tienen la ventaja de ser menos aparatosas y más fáciles de cambiar en caso de que nos cansemos de ello. Y una cuidadosa
combinación de ambos recursos puede quedar muy discreto y elegante.
Hay una
diversidad mareante de muebles donde escoger. Debemos tener en cuenta, a la hora de elegir, si los materiales estarán expuestos a la intemperie mucho tiempo y en qué grado; no es lo mismo en la calle pero a cubierto que directamente bajo la lluvia, por ejemplo. Este año se llevará las combinaciones de elementos dispares, todo muy retro y muy casual.
Decorar los exteriores es siempre una fuente de ilusión y novedad
Personalmente, con lo que más disfruto es haciendo unos pequeños cambios de iluminación (algo muy efectivo que requiere poco trabajo) y en los
complementos. Parece que los faroles rústicos en metal o más orientales, en papel, serán uno de los elementos más
trendys del año. He visto otras ideas muy originales como pequeñas casitas de pájaro en madera, muy decorativas, y una versión contemporánea y desenfadada de los enanos de jardín.
Las terrazas y balcones son una gran opción para dar rienda suelta a
nuestra vena más creativa, a través de la restauración y reacondicionamiento y reutilización (los tres res) de piezas, como puede ser una mesa hecha con la estructura de una máquina de coser antigua (un clásico) o el uso de elementos típicos de los jardines: alguna herramienta antigua, macetas, regaderas, utillaje agrícola preindustrial.
Los exteriores de tu casa pueden tener múltiples utilidades: zona de juegos de pequeños y mayores, un comedor de verano, una ámbito de tranquilas lecturas o de agitadas barbacoas… El secreto es, en mi opinión,
no marcar demasiado un estilo que pueda resultar inadecuado para los múltiples usos que pueda tener ese lugar, pues además los estilos muy definidos aburres antes a quienes los frecuentan.