
Cuando de encimeras eléctricas hablamos debemos utilizar todos el mismo lenguaje para no confundirnos ya que existen varios tipos y no son todas iguales, unas gastan más que otras y sus componentes, también se diferencian.
Las encimeras eléctricas con placa de acero, son de las que más consumen, la vitrocerámica con sistema infrarrojo, la vitrocerámica con sistema halógeno y la vitrocerámica de inducción, gastan menos energía.
Las encimeras eléctricas con placa de acero han sido las primeras en aparecen en el mercado y aún hoy se siguen instalando. Funcionan con una resistencia, los mandos exteriores regulan la temperatura o intensidad con la que cada placa -vienen de dos y cuatro placas- se calentará.
Estas placas tienen ventajas y desventajas, como todo en la vida.
Le dan un aspecto muy moderno a nuestra cocina, ahorran espacio, pueden sustituirse con facilidad las placas averiadas, conservan el calor durante mucho tiempo y podemos apagarla antes de terminar nuestro guisado sabiendo que continuará cocinándose. En caso de sufrir algún desperfecto podemos solucionarlo nosotros mismos fácilmente ya que su instalación o desmonte y su funcionamiento es muy sencillo.
Otra precaución importante que debemos tener con este sistema es que al estar empotradas en la encimera podemos, sin advertir que aún está caliente la placa, sufrir alguna quemadura, realizando la limpieza, o bien deteriorar objetos que descuidadamente dejamos cerca de la fuente de calor.
Elegir nuestra cocina perfecta, la encimera y la forma de cocción que más se ajusta a nuestro gusto, a nuestro presupuesto y a nuestra comodidad no es tarea fácil. Si dependemos del gas envasado, seguramente la cocción por medio de la electricidad será más conveniente.
Si preferimos gastar menos al principio aunque luego, la cuenta de electricidad no será tan módica, la encimera eléctrica de placas será nuestra mejor solución.